25.3.11



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25.11.10

Shandy #27


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9.11.10

Work in progress

Legión Corega
Primera Guerra


Cerca de mi había un gordo en el suelo con la cara cubierta de polvo y sangre. No se movía. Tenía los ojos abiertos, tan abiertos que parecía que saldrían de sus órbitas. Eso y sus resuellos de puerco. Detesto los resuellos. La entrada del edificio estaba llena de trozos de vidrio y concreto. Había una docena de personas, no sé, quizá dos docenas. Todas mal heridas o muertas. Pero no había gritos. No esta vez. Como un día cualquiera, sólo con la diferencia del sonido del cristal romperse con los pasos. Lo demás eran pájaros y autos. Y el puto resuello. Como si de repente la ciudad perdiera la voz.


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6.5.10

Primavera o escritura automática 1

1

Voy a recolectar todo el calor. El calor de todos estos días y los que vienen. No es poco calor, créeme. Es más calor del que he sentido jamás. Más calor no sólo en una dimensión lineal, de tiempo. Esto es geométrico. Esto es calor y no pendejadas.

Voy a recolectar todo el calor de estos días. Todo. Cada pedazo, cada bochorno. Cada golpe sofocante. Todo el calor de estos días.

Y cuando lo haya hecho, te lo voy a arrojar en la cara. No va a sobrar nada.

Ojalá te asfixies.

Podré verte atrapada en una bolsa ardiendo. Podré verte luchar pero sin más remedio que ceder al bochorno que entrará en tu garganta y te cerrará toda posibilidad de exhalar. Podré ver tu asfixia. Por eso estoy juntando todo el calor que he sentido estos días. Y los que faltan.

2

Este calor que no es ninguna pendejada, ha atraído toda clase de insectos a casa. Hay moscos, hay cucarachas, hay hormigas. Los moscos son hembras y me hacen caca las piernas y los brazos y las orejas y toda la piel. Los moscos macho no hacen nada, según tengo entendido. Las cucarachas, bueno, qué importa qué sexo tengan. Todas son una mierda. Pero esas son de distintas formas y tamaños. Hace unos días encontré una tan grande que podía volar. Mis perras comen cucarachas como botana. Las hormigas. Las hormigas no importan.

3

Habrás muerto por asfixia y yo podré descansar, aunque sea un poco. Mis siestas no estarán acompañadas por ese sudor que empapa mi colchón y mis sábanas y mis almohadas. Podré dormir como siempre lo he hecho: con una almohada entre las piernas y nada más. No hay nada más que el sueño. Una vez dormido nada importa. No despierto. Nada me despierta. Quiero dormir como el resto del año.

4

Cuando te hayas asfixiado con todo el calor que he de recolectar, podré dormir tranquilo. Te habrás ido. Te sucederán las lluvias.

Ya me las arreglaré entonces.

5

No es de noche, ni tampoco llueve. Todo lo contrario: es de día y hace calor. Demasiado. Un calor geométrico. Y no pendejadas.


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16.3.10

Tarde, pero sin sueño (razones por las cuales ya no vengo po aquí).



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23.2.10

Un día normal.

El indigente con corte de jicaríta, el hipster de barrio bajo, la anciana con fleco de ‘flans’, el tamalero con gorra de cosaco, la taquillera pseudobuenota, el poli taciturno, los ochenta éxitos del jazz (con creep y every breathe you take), el olor más culero del mundo afuera del metro revolución, los ‘fuentes boys’: conózcanlos y quiéranlos, la gerente darky del oxxo, el oficinista lamebotas…


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20.12.09


¿Y mi pizarrón con corcho?

¿Y mis libros de Coetzee?

Mmtama...

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13.12.09

Sahagún

He hablado en otras ocasiones sobre mi pueblo. Esa pequeña ciudad de pasado industrial que, hace ya algunos años, se la llevó la mierda. Pues bien. Esa ciudad fue una especie de oasis: de ser un llano que producía magueyes se convirtió en la fábrica de México. El prototipo del milagro mexicano. Pero después… En fin, ya saben.
Hace unos días mi padre me pasó el link de un documental, de los años 1950’s, en el cual explica todas las bondades del pueblito en ciernes.
Aquí el docu.



Por lo demás, sólo puedo decir que fue una gran ciudad, que ahí pasé los mejores días de mi infancia y adolescencia. Y que no pienso volver, más que de visita. Y mejor si es breve.

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3.12.09

El miedo a la oscuridad.

24.

A decir verdad no puedo precisar si llegaron antes o después de que la ciudad se viniera abajo. La miseria terminó por colarse en las casas de todos. No había familia que no contara daños entre sus miembros. Si el padre conservaba el empleo, el hermano o la tía no; si la hermana estaba en escuela de paga, no sólo la abandonaba sino que buscaba algún empleo u oficio de medio tiempo —mi hermana, por ejemplo, terminó como asistente en un consultorio médico; si tres días comíamos carne, sólo los domingos podíamos darnos ese lujo. Pequeños detalles que sumados en su totalidad no podían ser sino una señal de ruina. Pero había gente en la ciudad que parecía poco preocupada por el asunto. Como el Personaje. También otros, pero de quién estamos hablando ahora es de él, aunque su serenidad fuese distinta.

No sé si lo entiendan. En una situación así las cosas parecen cambiar de color, como si el peso del aire aumentara y con ello la intensidad de luz que la atraviesa. Todos lucíamos distinto. No había más futuro ahí. Los jóvenes comenzamos a salir de ahí a la menor provocación. Los viejos, conscientes de que no tenían posibilidades de empezar de cero, comenzaron a morir. Como insectos. Uno tras otro.


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29.10.09

28 años.


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28.10.09

Diferencias




Leo Diferencias de Goran Petrović. Sus personajes caminan por Yugoslavia (antes y después de Tito) sin darse cuenta que su talante aburrido, los hace excepcionales.

Cada uno en su escuela, por separado, evitaba estudiar las mismas lecciones de historia, mortalmente aburridas. Escuela de agricultura. La de técnicos mecánicos. La preparatoria. No se conocían casi. Tal vez antaño se sentaban juntos, de izquierda a derecha, en la misma fila del cine Sutjeska. Pero lo único seguro es que la historia los reunió para siempre en la placa-homenaje que contenía los apellidos de los caídos en las guerras de los años noventa:

—Petronijević (el que afirmaba que sabía todo, que no tenía que estudiar nada) cayó en Croacia como reservista; había acudido al llamado por no poder olvidar sin más ni más el juramento hecho en el Ejército Popular Yugoslavo, se desangró en un campo de Slavonija herido de muerte por una mina terrestre llamada «la esperadora».

—Resavac (el que afirmaba que tenía tiempo, que iba a aprender todo después) murió como voluntario en Bosnia, no se sabe ni dónde ni cómo, y a juzgar por todo, tampoco por qué, jamás se ha encontrado su cuerpo, y la idea por la cual se sintió llamado se fue desvirtuando poco a poco;

—Stanimirović (el que esperaba que la lenta profesora de historia no llegara hasta su apellido) fue alcanzado por los fragmentos de bombas de racimo de la OTAN como transeúnte, mientras visitaba a sus parientes en Niš; las bombas caían dentro de los límites de error permitido de unos centenares de vidas humanas más o menos…

Bajo el techo que se está descarapelando (fragmento).


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27.10.09

Cena entre Chacales con Elvis


El pasado viernes Elvis me invitó a hablar de Cena entre Chacales a su programa en Reactor 105, Del IMER. Aquí un stream de aquella charla. Mil gracias Elvis.










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24.10.09


...Y es que nunca fue tan sexy ir por el champurrado.



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